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La TESTOSTERONA y el apetito por el riesgo

En el mercado es bien sabido que tú eres tu peor enemigo. Tu cuerpo es forzado a soportar una montaña rusa emocional mientras que experimentas los altibajos en tu trading.

La forma en que reaccionamos bajo presión, las decisiones que tomamos, y nuestros sentimientos hacia el mercado juegan un rol clave en nuestras oportunidades de éxito y fracaso.

El trading es un camino psicológico, pero nuestra propia biología podría tener un rol significativo también. Las investigaciones demuestran que podría remitirse todo a la composición de nuestros genes y hormonas.

Las hormonas son los mensajeros químicos que nuestro cuerpo utiliza para controlar sus funciones. Ellas tienen un enorme impacto en nuestra vida diaria, incluyendo el humor y comportamiento.

Se ha especulado que las influencias biológicas, como las hormonas y neurotransmisores, podrían haber sido la principal causa de: ciclos de auge y caída de los mercados, burbujas de mercado y crisis financieras.


La testosterona es la conocida hormona sexual masculina, pero ¿sabías que las mujeres también tienen testosterona en su organismo? Solo que a niveles mucho menores.

Dado que el mercado financiero está dominado por hombres, podemos decir con seguridad que los mercados son una industria llena de testosterona. Esta hormona ha sido la culpable de muchas burbujas alcistas, caídas estrepitosas del mercado y crisis financieras.

El punto aquí es, demasiada testosterona puede causar problemas.

La hormona dominante masculina empuja a los hombres a tomar decisiones más arriesgadas, más frecuentemente y por mayores recompensas (o pérdidas). Los jóvenes siempre están peleándose unos con otros, son más competitivos y tienden a estar envueltos en más actividades peligrosas, tales como los deportes extremos.

Esto refleja lo que sucede en el reino animal. Los animales machos se trenzan en luchas uno contra otro para ganar su status como “macho alfa”. El macho alfa tiene todas las hembras, por eso la testosterona los conduce a la toma de riesgo y luchar contra el rival más grande y malo.

Luego de una victoria, el cuerpo libera más testosterona, causando que el animal tome riesgos aún más altos y desafíos más grandes.

Eventualmente ellos van demasiado lejos y se meten en una pelea que no pueden ganar, lo cual resulta finalmente en su caída.

Esto no está muy lejos de lo que ocurre en los mercados. Los machos que se encuentran en una racha de victorias son bombeados con demasiada testosterona, lo cual les da el sentimiento de “invencibilidad” y de “nadie puede detenerme” propios del macho alfa, lo cual los alienta a tomar operaciones de mayor riesgo, lo cual finalmente los lleva a su destrucción.

No dejes que las apariencias te engañen: un artículo menciona que una persona podría parecer calmada y tranquila por fuera, pero podría estar estallando de testosterona por dentro y tomando decisiones de alto riesgo.

Las investigaciones también han demostrado que aquellos individuos expuestos a altos niveles de testosterona durante períodos prolongados pueden sufrir efectos negativos en su cerebro, lo cual afecta la capacidad del trader para entender qué consecuencias tendrán sus acciones en el mundo exterior.

En otras palabras, están tan sobrecargados con testosterona que pierden la habilidad de reconocer las consecuencias de sus actos.

Estamos seguros de que el medidor de testosterona habrá explotado cuando una persona en particular que conocimos estaba arriesgando $ 50.000 con una cuenta de $ 350.000. Ahora ya no le queda nada.

Los mercados alcistas se dice que son impulsados por la influencia de las hormonas masculinas. La oleada de testosterona entre los participantes del mercado altera el comportamiento de las masas, empujando los precios a máximos extremos, creando una “burbuja de mercado”.